domingo, 3 de mayo de 2009

“El silabario perdido” de Rodrigo Valencia Quijano









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EL LIBERAL / POPAYAN


Lo que voy a escribir sobre este libro puede ser cruel, pero es la verdad de nuestro escenario intelectual, siglo XXI, circunscrito a nuestro mundo poético, filosófico, conceptual y desde luego citadino, lógicamente sin olvidar LO PRESUMIDO.

Así como para diferenciar y calificar la importancia, poder y gloria de San Miguel Arcángel, dice la Iglesia: “QUIÉN COMO ÉL”, con referencia a Dios, parodiando frase más encomiable y diciente, puedo escribir: QUIÉN COMO RODRIGO VALENCIA QUIJANO. El escenario es vasto, extenso, insondable, colosal, pero QUIÉN COMO ÉL.

Valencia Quijano es genio poético, ingenio filosófico, pensamiento creador, visión futurista. Su libro no tiene par en la literatura contemporánea y ofrece demasiadas alternativas de privilegio respecto a lo poco que conocemos universalmente y, en mayor escala, citadinamente. Su libro es un POEMA, a excepción de su último capítulo.

Escribir poesía requiere inteligencia y, más que todo, “VOCACIÓN POÉTICA”. Se nace poeta, nunca se HACE POETA.

Valencia Quijano piensa poéticamente. No necesita ningún esfuerzo mental para decir, por ejemplo: “EL CANSANCIO DE LA NADA Y SUTILEZAS INDECIBLES”, son “GOTAS DE ROCÍO VERTIDAS POR ÁNGELES DE PLATA”.

La mayoría de los poetas tienen que elaborar las frases estrictamente poéticas; pues nunca las piensan y conciben directamente, como se aprecia, se lee y se analiza en Valencia Quijano. Éste no es un arte aprendido; es simplemente una evolución cerebral sin esfuerzo alguno, es la mente poética de Rodrigo Valencia Quijano. Nació poeta, vivirá poeta y nunca morirá, porque los poetas auténticos son inmortales.

“¿QUIÉN COMO ÉL?” Vuelvo y repito, sin exageraciones: un genio poético, un especimen privilegiado. ¿A quién se le ocurre decir, por ejemplo: “Me reservo mi asombro hasta el próximo amanecer de luna”? Decirlo en prosa es vasto, común y ordinario.

Como Rodrigo está joven, tenemos poeta para muchos años.

Su libro es un poema que no requiere ni necesita preceptiva literaria. Bendita sea POPAYÁN, que nunca deja de tener genios poéticos como ahora RODRIGO VALENCIA QUIJANO. ¿Alguien que esté cuerdo se atrevería a decir que EL SILABARIO PERDIDO es un libro de prosa, escrito para alfabetas ilustrados, académicos irremisibles, historiadores trasnochados, poetas estrellados contra el clasicismo o el arte Pop, en la antropofagia de los adjetivos inútiles?

Valencia Quijano es un MAESTRO DE LA POESÍA ESPONTÁNEA, LÍRICA por concepción natural, hermosa por naturaleza y trascendente por cerebral y única.

Un poeta de verdad es la mente de Dios hecha verbo !!!

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